Últimamente he estado pensando mucho en cómo la teoría, tanto en magia como en matemáticas, y en general, puede convertirse en un obstáculo en lugar de una ayuda. Por ejemplo, con unos amigos tenemos un club de lectura de magia. Leemos libros de teoría, discutimos, compartimos ideas. Es muy enriquecedor, pero muchas veces en nuestras platicas caemos en la trampa de intentar aplicar esa teoría a cada juego que tenemos. Y ahí me di cuenta de algo: si de verdad hiciéramos eso, la mayoría de las veces terminaríamos en conflicto, porque la teoría de un mago no siempre apunta al mismo lugar que la de otro. Al final, son puntos de vista distintos, no leyes universales. Con las matemáticas me pasa algo muy parecido. Me encantan los juegos tipo Profesor Layton (Si no lo conocen se los recomiendo muchísimo), juegos de acertijos y puzzles lógicos y matemáticos, que en teoría están diseñados para niños de 13 años. Pero claro, ahí voy yo, intentando resolverlos con teoría de grupos, teoría de númer...
Hoy hay una entrada un poco más corta de lo habitual, no quiero centrarme en discusiones filosóficas o epistemológicas sobre la magia y la matemática como en las entradas anteriores. Hoy solo vengo a poner en palabras algo a lo que he dedicado varias horas de mi vida estos días: lo interesante que es que el secreto en la magia matemática es una construcción puramente abstracta. Cuando se hace matemáticas, se busca hacer hilos de premisas lógicas para ir de un punto A a un punto B. El cómo llegar ya es un tema diferente; y de tanto hacer esos caminos uno aprende a abstraer ideas para comprender los conceptos matemáticos involucrados en ese hilar (ya que no hay algo físico que represente un concepto, especialmente a niveles más avanzados). Si extrapolamos esto a la magia, el método es una concepto abstracto, es decir el "cómo" hacemos la magia es intangible, solo se puede ver el resultado, y esto es lo que me resulta tan interesante de la magia matemática. El método siempre va...